El día de 8 de julio a las 18 hs, en la puerta del Sindicato de Farmacia, realizamos el descubrimiento de la baldosa que recuerda al compañero detenido-desaparecido Jorge Di Pascuale.
Lo que sigue son imágenes de la actividad y el documento leído en esa ocasión.
Documento leído en la actividad
“SI ME LLEGA A PASAR ALGO NO PIDAN POR MI, PIDAN POR TODOS"
Los Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad, al igual que otros barrios integrantes de la Coordinadora de Barrios por Memoria y Justicia hemos asumido la tarea militante de poner baldosas conmemorativas en donde vivían, estudiaban, trabajaban o fueron secuestrados cada uno de nuestros 30.000 compañeros detenidos – desaparecidos y/o asesinados por el terrorismo de estado.
De esta manera, levantamos la consigna de Jorge Di Pascuale, porque ponemos baldosas por todos los compañeros. El transeúnte distraído o indiferente, cuando camina con su cabeza gacha por cualquiera de los barrios, se va encontrando con las baldosas que dicen, acá milito y trabajo. Acá estudio. Acá vivió. Y de alguna manera los hechos van saliendo a la luz y dan cuenta de la magnitud del genocidio cometido.
También en los juicios que se están desarrollando en el país a casi 5 años de la derogación de las leyes de impunidad, el mismo distraído, puede enterarse de lo ocurrido. Aunque en el caso de estos juicios no podemos decir que se esté teniendo en cuenta lo dicho por Jorge. ¿y porque decimos esto? Por el fallo de la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal que dispuso que se excluya a los organismos de derechos humanos como querellantes de las causas donde se juzgan los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Con ese fallo se minimizan los hechos, por que no se pueden unificar querellas, se juzga por cuatro, cinco casos, cuando se debería juzgar a todos los genocidas por todos los compañeros que pasaron por cada uno de los centros clandestinos.
Es verdad que se sabe mucho acerca de lo ocurrido y que distraídos quedan cada vez menos. Pero todavía hay algunos. Y también hay quienes pretenden que haya cada vez más. Y hay otros que se hacen los distraídos, especialmente cuando tienen que rendir cuentas ante la Justicia por lo que hicieron. Se olvidan, no recuerdan, no declaran. No saben. Son los cómplices funcionales a los intereses de impunidad y silencio. Ponemos como ejemplo el caso del genocida Jorge Olivera Rovere que en estos días está siendo juzgado por su participación en el año 1976 como segundo comandante del Primer Cuerpo de Ejército y mano derecha del represor fallecido Carlos Guillermo Suárez Mason. Además, revistió como jefe de la subzona Capital Federal, quedando bajo su responsabilidad todos los centros clandestinos de detención que funcionaron allí.
El represor de 82 años está siendo enjuiciado por cuatro homicidios, 120 casos de privación ilegal de la libertad y en algunos de aplicación de tormentos. Está imputado por la privación ilegal de la libertad y homicidio de Raúl Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario del Carmen Barredo de Schroeder y William Alen Whitelaw, todos dirigentes uruguayos. En este juicio, también se juzgará la desaparición de Jorge Di Pascuale que hoy nos convoca.
Una defensa consecuente
Olivera Róvere está siendo defendido en el juicio por gente de experiencia. Tiene su representación Norberto Giletta, quien fue juez durante la dictadura y rechazaba los “habeas corpus”. Actualmente patrocina a represores de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) y en el 2007 auspiciaba que el ataque realizado en 1976 a Superintendencia Militar por parte de Montoneros fuera considerado un crimen de lesa humanidad.
El represor Olivera Róvere actualmente está excarcelado y con domicilio en la Ciudad de Buenos Aires.
Jorge Di Pascuale, como muchos de los compañeros estaba comprometido con las luchas de su época. No era de los que caminaba mirando para abajo.
Y hoy estamos aca, en la puerta del sindicato de empleados de farmacia, homenajeando a un COMPAÑERO que desde siempre estuvo del lado del pueblo y los trabajadores, por su definitiva liberación y en contra de de la burocracia sindical, y su proyecto de dependencia y entrega, estamos hablando de Jorge Fernando Di Pascuale.
Jorge nació un 28 de diciembre de 1930 en esta ciudad, fue desde sus comienzos uno de los dirigentes gremiales combativos que abrazo la lucha de todo un pueblo y que participo activamente dentro de la resistencia peronista, tal es así que en 1958 y a sus 25 años gana las elecciones del Sindicato de Farmacia, luchando contra la dictadura de turno y por el regreso del Gral. Perón.
Él al igual que muchos otros estuvo varias veces preso, pero eso no le impidió continuar con la lucha, ya para 1962 es elegido como diputado nacional, pero lamentablemente nunca pudo asumir su banca debido a que Arturo Frondizi traicionando la voluntad popular anuló las elecciones. Durante esa época es designado como Secretario del Consejo Coordinador y Supervisor del peronismo, lo cual le permitió viajar variar veces a Madrid para entrevistarse con Perón, éste lo designa como su delegado personal ante los países socialistas. Para 1968 se lo encuentra participando activamente en la creación de la CGT de los Argentinos junto a Raimundo Ongáro y Agustín Tosco, creyendo plenamente en una alternativa para la clase trabajadora de nuestro país.
Fue amenazado y perseguido por la Triple A, lo que lo llevo a tener que exiliarse en Venezuela por algún tiempo, pero siempre pensando en que la lucha debía darse acá y no desde el exilio, es por eso que decide regresar.
Ya con los militares en el gobierno la situación se volvió más difícil, debido a esto, tomo la decisión de pasar a la clandestinidad para no perjudicar a su familia, amigos y compañeros, a los cuales les dijo “si me llega a pasar algo no pidan por mi, pidan por todos”. En ese momento dijo la frase que recordamos hoy, más de treinta años después.
Esa Frase, de manera similar, será la que sostendrán las madres de plaza de mayo en sus primeros años:
Buscar a todos. Pedir por todos. Recordar a todos. Exigir justicia por todos.
Jorge fue secuestrado el 29 de diciembre de 1976, un día después de haber cumplido 46 años, fue visto en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio “El Vesubio”, y que a pesar de estar destruido físicamente producto de las salvajes torturas, tuvo el temple y la fortaleza moral de darle ánimo a sus compañeros de cautiverio cumpliendo hasta el último momento con su compromiso por la vida
Muchos homenajes en memoria de Jorge se han realizado, una plaza y una calle llevan su nombre y ahora una baldosa, que no solo lo recuerda como persona, sino como militante popular, recuerda que lucho por un país mejor, por una sociedad más justa, por la eliminación de la pobreza y la miseria, por una patria definitivamente liberada.
Por eso los Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad levantamos también su frase como bandera, esa que nos dejo para seguir la lucha por la verdad, la memoria y la justicia, esa que nos dejo junto a su ejemplo para decir:
¡¡¡30.000 compañeros detenidos-desaparecidos presentes!!!.
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